Tras décadas desaparecido de los intereses creativos de los cineastas (salvo muy honrosas excepciones) y del gran público, hace casi un par de años, el cineasta independiente
Alex Barrett lanzaba una campaña de crowdfunding a través de
kickstarter con la idea de financiar su proyecto personal,
'London Symphony', una cinta muda y en
glorioso blanco y negro, concebida como una
sinfonía urbana contemporánea que sirviese como instantánea cultural del Londres actual -
una de las pocas grandes capitales sin su propia sinfonía urbana -.