Desde la primera grieta de la madrugada y el chascar de
las ruedas del primer metro, hasta la noche cerrada pero aún
entreabierta del Berlín que no duerme, hora a hora ha rodado de nuevo
Thomas Schadts 'Berlín: Sinfonía de una gran ciudad', remake del siglo
XXI de aquel bello poema a un día en una ciudad que filmó Walter
Ruttmann en 1927, cuando 24 horas en Berlín podían dar para toda una
vida.
Setenta y cinco años después del original y
una década después de la reunificación de la ciudad, Schadts -un
veterano documentalista- abre su película donde Ruttmann la terminaba.
Fuegos artificiales bailan sobre la Puerta de Brandeburgo, pero esta vez
son los del cambio de siglo. Tras la fiesta, las
calles vacías se despiertan al nuevo milenio, entre peatones
tambaleantes y parejas que se besan, la ciudad recobra sus sentidos y la
cámara de Schadts inicia un recorrido por la vida privada de la pequeña
gente de esta gran capital. La jornada berlinesa de
Schadts requirió 105 días de rodaje y la moderna versión del clásico
del cine mudo se presentó en un acto oficial en la Ópera
Estatal de Unter den Linden, con la música en directo interpretada por
la Sinfónica de Baden-Baden y Freiburg. La crítica destaca los ruidos,
impresiones sonoras y ritmos de la ciudad transmitidos por la
combinación de imágenes y música.
Pero a diferencia
de la agitada vida industrial retratada por Ruttmann en 1927, en un
ejercicio experimental de montaje, el remake actual funda su historia
en los rostros y gestos de la capital recuperada, una ciudadanía
huérfana durante medio siglo, relajada y ocurrente, bocazas y sardónica,
sin pretensiones de asumir su nueva importancia.
Noches
alternativas, Love Parade, arte provocador y en evolución, la nueva
moda en el carnaval de Kreuzberg, componen el sinfónico puzle de la gran
ciudad ensamblado por Schadts, donde en su predecesora reinaban los
oficios, talleres, construcciones, el ritmo del trabajo. La exagerada
torre de la televisión proporciona un recorrido sobre los tejados de la
capital imposible para el original. El nuevo Berlín trabaja menos, pero
se divierte más; se ríe, pero escasamente sonríe. Sigue comiendo
salchichas en la calle, pero las alterna con el kebab y el humus turco. (R. Villapadierna)
IMDB
Las Sinfonías Urbanas (1921-1934) en Doctor Ojiplático
Las sinfonías urbanas (city symphony) son un subgénero dentro del documental clásico de los años 20 y 30 surgido como resultado del interés mostrado por algunos movimientos de vanguardia por el uso de los códigos formales del cine de ficción
Este tipo de documentales se desarrollan en un espacio de tiempo limitado (generalmente, 24 horas) y analizan los diversos aspectos que conforman la vida cotidiana de las diferentes clases sociales que pueblan las ciudades desde un punto de vista comunitario (no íntimo o doméstico, sino “social”, como el transporte, el trabajo, la calle, los restaurantes o la vida nocturna).
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